miércoles, 8 de agosto de 2018

Foodtrucks para los paladares más gourmet

Madreat celebra el próximo fin de semana su 19 novena edición con más de 40 furgonetas de comida callejera





“Comer en la calle es la identidad de una ciudad”. Así define Pablo Giudice, copropietario de Picsa, la tendencia de los foodtrucks y la comida callejera. Esta moda aterrizó en Los Ángeles (California) en 2008 de la mano de Kogi’s Roy Choi con sus deliciosos tacos de barbacoa asiática. Recorriendo las calles marcó el nacimiento de esta tendencia que saca a los restaurantes a la calle. En Madrid cristalizó en octubre de 2014 con al celebración de Madreat, el primer festival de comida callejera de la capital donde participan restaurantes como Picsa o Arzabal. Esa primera edición, celebrada en el jardín botánico de la Universidad Complutense, contó con 12 foodtrucks. El fin de semana que viene cumplirá 19 ediciones con una oferta de más de 40 puestos en el complejo de Azca.


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Una furgoneta de comida en la edición de 2014 del mercado callejero Madreat.

El mercado, creado por la agencia de comunicación Mateo&Co, nació como un punto de encuentro para los amantes de la gastronomía con propuestas nacionales e internacionales. “Vimos que el tema de los footrucks era tendencia internacional”, cuenta Patria Matea, fundadora del evento. Desde entonces se celebra el tercer fin de semana de cada mes. En cada edición pasan entre 20.000 y 40.000 personas y la oferta oscila entre 40 y 55 furgonetas con diferentes conceptos. “Buscamos oferta gastronómica de calidad y variada; que vendan pocas cosas para agilizar la producción y que los consumidores roten”, cuenta Mateo.
“Nos gusta mucho el concepto, traer el restaurante a pie de calle y Madreat es un mercado de streetfood de referencia a nivel nacional”, añade Giudice, que sirve en su furgoneta una de las pizzas más aclamadas de Madrid. Pero para perdurar, cree que necesitan el apoyo de la administración: “Pedimos una legislación, como en Nueva York o París, donde los camiones se pueden mover por la ciudad”.
Iván Morales, copropietario de Arzabal, es otro de los locales que se sumó a la iniciativa desde el primer día. “Esto no resta público al restaurante, si no que suma. Yo pondría el puesto en la puerta de nuestro local”, afirma. “En otras capitales puedes ver un puesto de calidad a la vuelta de la esquina. Se trata de sacar a la calle tu restaurante de manera más amable”. Sin embargo, los resultados que han obtenido desde que se sumaron a Madreat han sido dispares. “Estás en la calle y si hace frío, llueve o hay fútbol se resiente”.
Mateo señala que la gran mayoría siguen ahí mes a mes. Cocina de buteco -tabernas típicas brasileñas- en meRío, Cocina canaria a base de carne de cabra, papas y mojo picón, en LA Guagua o cerveza artesana La Virgen, donde sirven comida con la firma de Estanis Carenzo.
Madreat tiene un consejo asesor formado por la nata y crema de la gasronomía madrileña, formado porEstanis Carenzo (Sudestada, Chifa, Perro Bar y Picsa), Iván Domínguez (Alborada y Alabaster) o Luis Arévalo (Kena), entre otrosl. “Lo hacemos por apostar por algo diferente, dinamizar el mercado, potenciar nuestra marca y la clientes que participan en el evento”. Las tarifas para las footrucks van desde los 400 euros hasta los 900 en función del tamaño y la organización ofrece servicios de limpieza, seguridad, baños, electricidad o agua corriente. El presupuesto que maneja la agencia es de unos 65.000 euros por edición. “No es un negocio, la rentabilidad oscila mucho en función del número de furgonetas y esto depende del tiempo, de si el fin de semana cae en festivo…”. En definitiva, un encuentro gastronómico, que se consolida como en la capital pese a la burbuja gastronómica.

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